Hola a todas las mujeres que leen este blog. 

Hoy quiero hablarles sobre un tema que puede ser muy doloroso, pero que es importante abordar: la herida de humillación y traición en la infancia.

Todas hemos vivido situaciones incómodas en nuestra niñez debido a acciones de otras personas, y lamentablemente, estas experiencias pueden dejarnos cicatrices emocionales que nos acompañan hasta la edad adulta. Sentirnos humilladas, marginadas y traicionadas puede tener un impacto negativo en nuestra autoestima, nuestras relaciones interpersonales y en nuestra calidad de vida en general.

No obstante, no todo está perdido. Existen herramientas y técnicas que nos pueden ayudar a sanar estas heridas y liberarnos emocionalmente. ¿Quieres saber cómo?

Lo primero que debes hacer es reconocer que los sentimientos de dolor, vergüenza y miedo que te provocan estas experiencias son válidos. No te juzgues por sentirte así. El siguiente paso es identificar la raíz del problema. ¿Qué acciones o palabras te lastimaron en el pasado? ¿Quiénes fueron las personas que te hicieron sentir maltratada o humillada? Solo cuando has identificado el origen del dolor puedes empezar a curarlo.

Es importante que te tomes tu tiempo para aceptar y procesar tus emociones. Habla con alguien de confianza, como un amigo o un terapeuta, sobre cómo te sientes. También puedes escribir en un diario o escribir cartas a las personas que te lastimaron, aunque nunca las envíes, solo como ejercicio terapéutico.

Otra herramienta muy efectiva es la meditación y los ejercicios de respiración. Esto puede ayudarte a mantener la calma y la serenidad cuando sientes que el dolor emocional es abrumador.

Por último, no te limites a ti misma. Es importante que te permitas perdonar a las personas que te lastimaron.

Está en tus manos cambiar tu vida.

Con cariño Karla Doncel